Ya han pasado nueve años desde que la CVR se formara y redactara un informe donde se analizaba todo el conflicto interno donde pedían justicia sin impunidad a todas las víctimas que se vieron afectadas por él. Hay más de 23.969 personas desaparecidas y otras muchas afectadas que aún no han recibido la reparación prometida.
La mayoría de los afectados eran indígenas andinos quechua-hablantes. Tal y como reportaba la CVR en su informe, "la exclusión social y la pobreza en el Perú tienen un rostro rural y campesino. Es también en esas zonas y categorías sociales donde se concentró la mayor cantidad de víctimas", no sólo a escala nacional sino dentro de los mismos departamentos más afectados por la violencia.
El conflicto armado que vivió el Perú entre 1980 y 2000, fue el episodio de violencia más intenso y extenso del país. Abarcó casi todo el territorio nacional, en Moquegua y Madre de Dios no se reportaron víctimas. Provocó grandes pérdidas económicas, superiores a la deuda externa, al destruir la infraestructura y deteriorar la capacidad productiva de la población. De hecho, los departamentos más golpeados por la violencia, actualmente están entre los más pobres o los de menor desarrollo humano.
La CVR lleva nueve años luchando por las reparaciones para las miles de víctimas del conflicto civil. Para que esto avance, se requiere del compromiso de todos y todas para que no se repita.
Durante estos días se ha realizado una serie de conferencias donde se analizaba cómo ha influido el informe, en qué se ha avanzado y que falta por mejorar. Todos los asistentes estaban de acuerdo en que hace falta mucho para que se de una reparación integral a las víctimas y que hace falta voluntad política para ello.
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