Te levantas muy temprano,
presurosa sales a la calle con dirección a la escuela, al trabajo, a la
universidad y de pronto; un grupo de hombres que se encuentran en una esquina
te empiezan a silbar, pero estos silbidos van acompañados con frases como “mamacita”, “ricurita”. Otros, al verte pasar te miran fijamente y hacen algún gesto con los
labios. Bueno, hasta ahí pudiste continuar. Luego, cuando crees que todo pasó
un vehículo se estaciona frente a ti, dudas unos segundos y cuando te decides a
subir el conductor te dice; “sube mi amor”. En esos instantes una sensación
extraña de impotencia y miedo inunda tu ser.
¿Qué tan halagador puede ser que
un desconocido se te acerque con "piropos”?
A diario muchas mujeres de todas las edades debemos lidiar con los llamados “piropos”, que lejos de ser “halagos” “cruzan la línea del respeto y se
convirtieron en una manifestación agresiva de deseo sexual, invasiva y violenta”. (1)
¿Qué tan halagador puede ser que todos
los días tengas que cuidarte de cómo vestirte?
La cultura asociada al machismo
(cultura machista) valora la agresividad masculina y la justifica culpando a las
mujeres, haciendo referencia a que ellas los provocan con las ropas que usan,
“Si no quieren que les pase nada no deben estar fuera de casa hasta muy tarde”,
“a las mujeres les gusta que las piropeemos, además las estamos halagando”.
“Muchos hombres no
entienden que esto es agresivo, violento y que viola nuestro derecho a caminar
tranquilas y seguras por las calles”. (2)
Todos los días mamás le dicen a
sus hijas que se tienen que cuidar, las educan para cuidarse de que nadie se sobrepase
con ellas. Pero por qué no educar a los hombres en el respeto hacia las mujeres.
Hace poco leí un artículo muy interesante, decía que “en lugar de advertir a
las mujeres para que se cuiden de no ser violadas, se debe advertir a los
hombres para que no violen”.
¡Basta ya! De esta concepción
machista que se ha desarrollado en la sociedad, en donde la mujer tiene la
culpa de todo y es ella quien tiene que prever las situaciones de peligro y
violencia.
Apostemos y trabajemos por la
construcción de un mundo en donde hombres y mujeres transitemos libres, seguras
y seguros por las calles. Un mundo en donde predomine el respeto y el buen
trato.
(1 y 2) Burgman, María Milagros “Alto
al acoso callejero” [En línea]. Diario
La Primera Digital. 24 de enero 2013. http://www.diariolaprimeraperu.com/online/especial/alto-al-acoso-callejero_129689.html [Consulta: 26 nov. 2013]
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