jueves, 8 de agosto de 2013

Aventura al Museo Metropolitano de Lima

Al llegar temprano al  Centro  San Viator me encontré con un grupo de niñas y niños que traían bolsos y mochilas  felices y emocionados corrieron hacia mí para  darme un fuerte abrazo ¡Señorita! ¡Señorita! exclamaban. Estaban desde muy temprano esperando el ansiado paseo al museo de Lima.

Para muchas de ellas(os) era la primera vez que saldrían de Collique y conocerían el Museo. La hora avanzaba y más niñas y  niños llegaban. En cuestión de minutos el Centro estaba lleno de ese bullicio que contagia y hace recordar la niñez, esa etapa en la que al escuchar la palabra "paseo", el corazón te salta de alegría y no puedes dormir toda la noche pensando en la aventura que te espera.

 “¡Todos hagan una fila para salir!”refirió Karen, en esos instantes, aquellas pequeñas(os) se encontraban listas(os) para salir. Cada persona adulta adoptó una niña o un niño. Y así, nos enrumbamos en nuestra aventura.

Al cabo de una hora  nos encontrábamos en el Parque de la Exposición listas(os) para conocer la historia de Lima. Ingresamos a un enorme salón y las luces se apagaron, en aquellos momentos se  decía tener miedo pero no se podían evitar la curiosidad, caminábamos bajo la guía de una señorita, quien en todo momento  nos pedía mantener la calma.

Aquella señorita preguntó: ¿Alguna vez han ido al cine 4D?   y pequeñas vocecitas respondieron   ¡NO! . Cada una(o) de nosotras(os) nos sentamos en un sillón y nos colocamos unos lentes, en la pantalla se empezó a narrar la historia del terremoto que azotó Lima y los sillones se comenzaron a mover. Aquellas niñas y niños estaban emocionados con tan didáctica narración. Sin duda, una experiencia que no se olvidará.

Finalizado el recorrido, era hora de regresar al Centro. El entusiasmo por tan hermosa experiencia vivida, hizo que se empezaran a entonar algunas canciones, aquel bus era una fiesta y muchos de los pasajeros que nos acompañaban en el viaje no podían evitar esbozar una sonrisa al oírlos cantar con gran entusiasmo.

Bueno, el recorrido terminó y la aventura llegó a su fin.



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